Después de 6 horitas en furgo desde Bromo, llegamos a Kebun Balawan, a Catimor Homestay. Un lugar impresionante rodeado de plantaciones de café. La casa data de la época colonial y disponía de piscina, aguas termales...y una comida riquísima.
Kebun Balawan
Con nuestro taxista particular, Tommy, después de comer unos mie goreng terasi buenísimos por 21.000 rupias (7.000 por persona, es decir, por unos 57 céntimos) fuimos a visitar primero un salto de agua, y después el pueblo, donde vive parte de la gente que trabaja en el café, y la verdad es que la gente del pueblo era muy cercana y estaba encantados de hacerse fotos.
Fuente de aguas ferruginosas
Y apareció el salto de agua
El salto de agua
Dentro del pueblo
El callejón de atrás del pueblo
Estaban encantados con hacerse fotos
En la fábrica, separando el café
Después de conocer la zona un poco, al anochecer, nos dimos un bañito en las aguas termales, para después cenar y coger fuerzas para el día siguiente, que debíamos levantarnos a las 4.30. Madrugar otra vez se hizo duro, pero una vez despiertos y tras una taza del mejor café de Indonesia, salimos en dirección a Kawah Ijen. Tardamos en llegar unos 45 minutos.
Una vez en las faldas de Kawah Ijen, nos esperaban 3 Km de ascención, en principio suave, para después volverse un poco durilla. La altura es de aproximadamente 2.300 metros. Según nos acercábamos al cráter, el humo y el olor del azufre se iba haciendo patente.
Sin embargo, una vez llegado al cráter, vimos uno de esos espectáculos que por su belleza, te deja paralizado. La impresionante visión del mayor lago de aguas sulfúricas del mundo, junto con el cráter y el humo sulfúrico crearon una de esas imagenes mentales que recordaré por mucho tiempo.
Primera imágen del lago
Analizamos la situación, nos hicimos unas fotos y rápidamente decidimos ir hacia la parte más alta del cráter, donde deberíamos tener una vista privilegiada. Pero según subíamos, el humo empezó venir con nosotros, de tal manera que la dificultad para seguir subiendo, y respirar, incluso ver iba siendo un verdadero problema. La garganta picaba, a modo de advertencia, por lo que volvimos hacia abajo para poder respirar mejor.
Los vapores sulfúricos no dejaban ver el sol
Una vez en el punto de partida, creímos que lo mejor sería bajar al cráter, ya que parecía que por abajo, el humo sería menor... y así fue. Según bajabamos el humo deaparecía y las vistas del lago emergían otra vez.
Bajando al cráter
Una fila de porteadores de azufre
De aquí salen los vapores sulfúricos
Impresionantes vistas
Arriba del cráter
Despúes de estar un rato abajo, en la mina de azufre, y hablar con uno que estuvo en pekin express, conocer un poco su vida, lo que sufren...etc, volvimos a subir. En cuanto llegamos arriba nos dimos cuenta que el humo había disminuído considerablemente, asi que nos apresuramos a intentar lo que antes el vapor de azufre nos había negado... y vaya espectáculo!! ver todo el lago, iluminado en parte por el sol es una cosa que dificilmente parece de este planeta.
¿¿Portada de disco??
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Después de ver este espectáculo, bajamos del Kawah Ijen, y "sólo" nos quedaba la vuelta a casa, 9 horas en furgo, 1.5 horas en avión (que se retrasó 30 min) y otra hora en taxi hasta casa...aún así no dió tiempo para asimilar lo que habíamos visto..
Hasta la próxima entrada!!